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Un blog donde se plasma pensamientos al aire, microrelatos y opiniones.

2020/08/10

Tu corazón


Podrías reírte sin necesidad de cambiar tu expresión en el rostro. También, podrías preocuparte sin necesidad de expresarlo externamente. Pero había algo dentro de ti, que te impedía ser "sincera contigo mismo", y eso estaba lejos de las expresiones del rostro, o de la forma como miran tus ojos alrededor tuyo. Es algo más fuerte, más profundo...

Todo era cuestión de dominio de personalidad, ¿verdad?

Mirabas hacia adentro de ti, descubriendo muchas emociones, y otras cosas más; pero como siempre, lo dejabas pasar. Siempre te mentalizabas de que en algún momento todo iba a terminar, sea como sea, pero habría un fin. En otras ocasiones, no pasaba lo mismo. Sentías que no habría una terminación a lo que tenías. Y todo en ti, se confundía notablemente.

Cuando veías tus cortes en la piel, sentías el motivo de tenerlo ahí, como un alivio a todas esas emociones fuertes que hay dentro de tu corazón y que buscaban alguna manera de salir, pero no encontraba el camino. Y tú luchabas de manera ferviente para que no salieran y lastimara a alguien; querías que aquello permaneciera ahí, guardado bajo siete llaves.

Luego tenías en un cajón del escritorio, una libreta con hojas blancas que te servían para dejar escrito o dibujado lo que pasaba por tu cabeza, lo que tenias en tu corazón. Ambos heridos por la furia de la depresión que te aquejaba ya un tiempo. Y que con su inconforme ataque, en las noches en tus momentos más vulnerables, lo volvía hacer con más intensidad.

Tu corazón ya no daba más.

Tu mente estaba en blanco y saturado de muchas ideas. Pensamientos que corrían a la velocidad de la luz.

Tu ser estaba cansado.

Tu alma pedía a gritos irse de este mundo terrenal.

Volvías a mirar tus apuntes. Volvías a revisar cada palabra, cada dibujo abstracto que hacías y quedabas conforme, no satisfecha, pero sí conforme. Hacías lo que podías, con las ganas que tenías, y cuando tu mente y tu corazón no te atormentaba con sus cosas negativas. No le dabas nombre, tampoco querías hacerlo. Lo querías dejar así, al aire. Al ambiente. Que vuele a donde quiera volar.

Tú ya estabas cansadas, y todavía faltaba una cosa más por hacer: realizar un par de cortes en tu lienzo piel...