Translate

Buscar este blog

Flag Counter

Flag Counter

About This Blog

Un blog donde se plasma pensamientos al aire, microrelatos y opiniones.

2021/02/12

Dolor

Graffiti de la palabra "Dolor".

Ha existido días y días. 

Días en que ignoras el dolor que llevas por dentro, casi rozando la perfección. No sientes nada, y pones la mente en blanco obligándote a no pensar en situaciones que puedan incomodar creando malestares en tu cuerpo y que puedas producir algún tipo de dolor.

De ese que tal vez tu cuerpo no aguante.

Días otros en que tienes presente el dolor que se ha producido por tus recuerdos y por aquellos pensamientos de: "lo que pudo ser y no fue". De esos, en que hubieses preferido que todo fuera diferente y no lo que vives ahora. 

Te resignas.

Lo dejas.

Renuncias.

No puedes cambiar "la familia" que te tocó tener, pero si puedes crear una nueva. ¿Cómo hacerlo si las personas que llegan a tu vida después de un tiempo te apuñalan la espalda?¿Cómo hacerlo si aquellas personas que dicen ser tus "amigos", apenas y saben de ti?

Creaste esa coraza de protección para que no te lastimen. Para no sentir dolor...

Y cuando llega, inevitablemente, ese dolor que no puedes manejar, lo suplantas con los cortes de navaja que te haces en tu cuerpo. Quieres sentir ese dolor físico, que lo toleras; no deseas sentir el dolor emocional que te mata lentamente. 

Decides recluirte en tu cueva en silencio. Sin dar señales de ti y sólo para que sepan que "aún vives", pones imágenes deportivas. Pero tú realidad es otra. Tus emociones son otras. Tus pensamientos son otros.

Caminas en dirección opuesta al resto. Decides ser solitaria porque sabes que nadie podrá comprenderte. No podrán entenderte así lo traten una y otra vez con esfuerzo.

¡Ni tú misma te entiendes!

Y caes, de nuevo, en esa espiral de dolor que creíste haberla separado de ti. Sin embargo, jamás se fue. Se ocultó muy bien de ti y que ha salido de nuevo, al verte vulnerable. Al verte perdida en esos espacios de incomprensión.

Quieres estar sola. No decir nada, ni lo que sientes, ni lo que piensas, ni lo que sueñas. Quieres estar inerte. Cerrar los ojos y no abrirlos más. De no seguir sintiendo ese dolor que te carcome, que te mata muy despacio. 

Un corte.

Dos cortes.

Tres cortes.

Has vuelto a remplazar aquel dolor emocional con el dolor físico. Tu navaja volvió a ser tu mejor amigo.