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Un blog donde se plasma pensamientos al aire, microrelatos y opiniones.

2020/07/25

Color anaranjado





Los dos momentos de la vida que te siempre te ha gustado, a pesar de lo que sientas en ese instante o lo que hayas vivido hasta ese segundo ha sido el amanecer y el atardecer. Es ahí donde puedes sentir algo de "felicidad", y te hace sentir como si te transportaras a un nuevo lugar en donde la tristeza que te persigue, ya no lo hace y no volverá a molestarte más. Pero es solo una etapa corta, demasiado corta a decir verdad. 

Pero ya no te importaba mucho el valor del tiempo que estarías contemplando el color del cielo en esos dos momentos. No te molestabas en mirar el reloj, para saber la hora; sólo querías mirar la transformación natural y majestuosa de los colores impregnados en el cielo. Ese era tu momento de armonía, de tranquilidad contigo misma sin que te tenga que perturbar aquellos pensamientos, que llevaban días rondando por tu cabeza.

En ciertas etapas del día, después de ver el color naranja del amanecer, difundirse por el infinito, y de un naranja marcado, pasaba a un blanco porque se iba perdiendo con el pasar de los minutos. Y lo mismo pasaba con la noche. Cuando llegaba el atardecer, en donde el cielo azul y blanco se empezaba a transformar en un naranja pálido, para luego ser un naranja mas acentuado y finalmente darle la bienvenida a la noche. Y si había suerte, luna llena y algunas estrellas.

Pero no todas las noches era así.

Había noches que sólo el cielo estaba despejado y oscuro totalmente.

Sonríes, porque según la psicología del color, el anaranjado es un color que denota sentimientos de fuerza, determinación, alegría y triunfo. Pero al mismo tiempo, a ti, no sabes si a los demás, te entra como una nostalgia. Y es en esos momentos en donde pones en duda aquello de la psicología y sobre todo, la famosa "psicología del color".

Y es que a veces comparas ese color con las penas y tristezas que te toco vivir justamente en esos momentos del día, y en vez de sentirte "alegre" o "triunfadora", lo que sientes es como amanece un nuevo día y te preguntas: ¿Por qué sigo viva? y cuando anochece, te haces otra pregunta: ¿Será hoy que me iré por fin?

Pero todo depende.

Y tú optaste por seguir, aunque sin mucho entusiasmo. Sólo aprendiste a que tenía que seguir sin importar qué, y también aprendiste que a pesar de todo, y lo que puedas sentir, te acostumbraste a apreciar aquellos dos momentos del día y querer, un poquito aunque sea, al color anaranjado.