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Un blog donde se plasma pensamientos al aire, microrelatos y opiniones.

2014/02/03

Con el pasar del tiempo...

Con el pasar del tiempo, aprendí que no hay que darle importancia a cosas que en realidad no valen la pena, y eso incluye a las personas. Tal vez me diga a mi misma que fue tarde, pero para otros, fue justo a tiempo. Cuando miro hacía atrás, y veo todo lo que he recorrido, me pregunto ¿Sigue valiendo la pena que desperdicie mi vida en personas a las que jamás les interesé? ¿En verdad he perdido el tiempo en personas que no debía, y ahora ya no hay nada?

Muchos me han dicho que no es tarde, que por el contrario, me admiran porque no caí de manera tan estúpida ni llegue a tocar fondo para darme cuenta de que la vida es bella. Me admiran, por mi capacidad de fortaleza ante las adversidades, pero llega un punto en que me detengo y pienso ¿Vale la pena seguir luchando contra la corriente? La respuesta es sí. Sí, porque es mi vida, no la de los demás, la que sigue latiendo, dándome muchas oportunidades para seguir creciendo y aprendiendo. Sí, porque al fin y al cabo, soy yo la que dejo en alto mi nombre siendo como soy, no viviendo de las apariencias.

Recibí una dura lección de parte de mi padre, pero la verdad, es que fue el quien quedó en ridículo y no yo. Fue él, quien con sus acciones de mala fe, demostró que clase de persona es, y que familia tiene. Sobre todo, que clase de padres tuvo, que parece que jamás en su vida le hubieran enseñado un poquito de educación y respeto. Duele, porque es mi padre, pero me alivia, porque fui yo quien tomó la decisión de no estar a su lado, porque, conociéndolo como se lo conoce, quien sabe si me hubiera dejado plantada con promesas falsas, como siempre ha estado acostumbrado actuar.

Y sobre todo, no le tengo confianza a un ser que sólo vive de las mentiras y actuando con mala fe. Y como él, hay muchos en el mundo. Por culpa de él, no me he dado la oportunidad de conocer más gente maravillosa, que si hay, pero por mi temor a salir herida, no los pude ver.

Con el pasar del tiempo, mi vida seguirá su rumbo, ahora tomando nuevas oportunidades, conociendo personas. Olvidando ese pasado amargo, que no me lleva a ningún lugar. Para muchos, mi ejemplo es de lucha, sobreviviendo sin haber caído en el fondo del abismo, siempre siendo honesta, sincera, cordial, educada; porque cuando uno va por la vida actuando con esas cualidades, las puertas siempre se abrirán, aunque sea un poco tarde, lo harán. Mientras que otros, como mi padre, la gente los van dejando solos y abandonados. 

Y las puertas para ellos, se cerrarán para jamás volver abrirse.