¿Quién dijo?

¿Quién dijo que yo poseo sentimientos?

Quien lo haya dicho, no me conoce; no sabe quien soy y sólo habla porque ve una apariencia, esa que en la cual demuestro que soy muy emotiva, o que tal vez uso esa parte de mi cerebro que dice: Materno Filial, es decir, las emociones. Se equivoca y lo sé.

Nada es eterno en esta vida.

Nada esta dicho.

Sólo soy alguien que camina por el largo camino de la vida, la cual le enseño muchas cosas, buenas, malas, un sin fin historias llenas de dolor y angustia, esas mismas que todos deberían saberlo, pero no lo saben. Hablan porque tienen lengua y, porque en el fondo, no tienen nada más que hacer que inventarse cuentos que no son la realidad, apenas vieron algo y ya lo cuentan como si fuese una gran revelación del año.

Familias destruidas.

Amigos peleados.

Sentimientos de suicidio y muerte.

¿Quién dijo que el ser humano es bondadoso?

Nadie sabe de lo que es capaz el ser humano, tan inestable, tan fuera de sí; un movimiento en falso y todo se va por el barranco. Si tan sólo pudiéramos pensar un poco, reflexionar sobre la vida; no lo haremos, no nos interesa.

Por mi, el mundo se puede ir al infierno, que a mi me importa un carajo.

No quiero demostrar mi vulnerabilidad. No quiero enseñar mi punto débil, porque no quiero perder; no estamos acostumbrados a perder. Se me agota la tinta de mi pluma, y el papel esta a punto de ser llenado con estas palabras. Tal vez alguien le importe, como tampoco le puede interesar.

Seamos sinceros: A nadie le importas, ni siquiera al mismo Dios. Eres tu sólo contra el mundo; luchas y todavía necesitas seguir, cuando ya no tienes energía. A nadie le interesa lo que pasa, excepto si se trata de algo suyo, de nadie más.

El ser humano es mezquino, egoísta y egolatra.

¿Quién dijo que el mundo va a cambiar?

El que lo dice, no vive aquí, porque no sabe cual es la realidad. Una muy triste, en la que prefiero darle la espalda, y continuar con mi vida, una en la que puede ser yo, sin necesidad de escuchar el chismerio de la gente tonta que no sabe hablar; habla porque no tiene nada más que hacer.

A punto de terminar estas líneas, que sé que quedará inconclusa porque me faltará papel, me sigo preguntando:

¿Quién dijo aquellas palabras que escuche alguna vez y que no las he vuelto a escuchar, esas que decía: Eres lo más importante para mí, por favor no cambies nunca?

To be continue