Libertad soñada

Hace tiempo, una pequeña adolescente podía expresar a través de su cuerpo y de sus escritos todo lo que sentia, mejor dicho su estado de animo. Si estaba feliz, triste, nostalgica, etc. Sin embargo, su familia la criticaba. Según ellos, no iba acorde a la sociedad o no era bien vista y se podría dar lugar a la critica. ¡Viviendo del que dirán de los demás! Se sentia frustrada, melancolica, pero sobre todo, sola. Sin ese apoyo que ella necesitase. Y fue cuando decidió aprender, lo que más tarde se arrepentiria, a guardar sus emociones, sus pensamiento y su más preciado tesoro: sus sueños.

Al pasar el tiempo, se convirtio en una joven universitaria, pero jamás dejó esa costumbre de expresar. Todos, de alguna manera indirecta o directa, la mandaban a callar. Entonces uso su inteligencia, aunque de hecho, ella siempre lo tuvo, solo que su miedo, su timidez, le impedia hacerlo. Su caracter introvertido la llevo a ser una persona muy observadora y analitica. Aunque le costase un par de amigos, podría "ver" lo que pasaba a su alrededor: la ciudad, las personas hablando, la gente caminando apresurados hacia un lugar, las aves volar hacia el norte o el sur, etc. Nunca dejó de ser ella misma, pero desgraciadamente, las circunstancias de la vida, la llevaron a ser una persona muy fría, sarcastica y hasta en ciertas ocasiones, insensible.

Por dentro, un corazón pide a gritos ser liberado para que pueda hablar, más no lo dejaba. Pasa el tiempo, y ahora él se vuelve como su dueña, y ya no expresa nada. Ayuda a la mirada, a que sea inexpresiva y vacía. Con el sentimiento de soledad a flor de piel. Pero ella lo eligió así, no podría cambiar el curso de su vida, ¿o sí?

Se acerco a la orilla del mar y pudo observar el agua cristalizada. Las olas que se formaban, y luego caían para llegar a la orilla y besar la arena, era un ritual que hacía el mar hacia su creador. Era la fuerza que se daban para salir adelante, superando obstaculos, para finalmente, al final del día tener una sonrisa y descansar suavemente en su cama. Esa lucha, que la hacía por ella misma, no por su familia, no por sus amigos, o un ser supremo, sino porque simplemente era ella y su necesidad de sentirse libre, de sentirse viva. Gritar a los cuatros vientos, que por fín ella no era la sombra de nadie, simplemente era ella y su corazón.

Ironico, ¿verdad? Que el mar te enseñe cual es la libertad y como debes luchar para alcanzarla. Para ella, era una libertad soñada, porque ahi quedaba, dentro de sus sueños e imaginaciones. Sin embargo, la naturaleza madre estaba ahí, abrazando a su pequeña con la suave brisa, que había sufrido y que aún lo hacia, pero que estaba segura empezaría una lucha por alcanzar su máximos logros. Ahora, esa misma madre naturaleza, le habia puesto en el camino a unos amigos, aunque se hayan conocido a traves del internet, son sus amigos, y estaban ahi, en las buenas y en las malas. Aquellos que la conocian como era ella. Como era realmente ella, sin esa mascara fría, sarcastica o insensible, sino al contrario, aquella que esta ahi para apoyarlos a ellos, para darles una sonrisa o simplemente para escucharlos a que se desahoguen a traves de la red social.

Sonrió. Alzo su mirada al cielo, y dio las gracias. Era hora de empezar un nuevo camino, de empezar a luchar por esa libertad que tanto había soñado y que siempre pensó que se quedaría guardada. Ya no le importaba la familia. Ellos fueron su pilar en la niñez y adolescencia, aunque de lejos y con su forma rara de ser. No los odiaba, pero tampoco los amaba. Simplemente los aceptaba y les decia que todo estaría bien. Que ella estaba bien. Era hora de perder ese miedo, y abrir sus alas mixtas, una blanca y otra negra, que representaba sus virtudes y sus defectos, como cualquier humana. Era hora de volar, hacia donde ella quisiere ir.